Lo que nos hace budistas es que Vamos a Refugio a las Tres Joyas, es decir, estos tres ideales son centrales en nuestra vida y hemos orientado nuestra energía, nuestra búsqueda, nuestras aspiraciones, a partir de ellos. De alguna manera, son el motor que nos impulsa; son aquello en lo que buscamos sentido y apoyo espiritual.

Las distintas formas de budismo se diferencian entre ellas por el énfasis particular que han adoptado, o según las prácticas devocionales y de meditación en las que se apoyan, o bien según los sistemas filosóficos que las sustentan. Más superficialmente, se distinguen también por las manifestaciones culturales que las acompañan, dependiendo de la sociedad en la que se expresan. Pero lo que unifica a todos los budistas es precisamente el acto de Ir a Refugio a las Tres Joyas, el hecho de que estos tres ideales ocupan un lugar prominente en la vida individual y colectiva de las personas que lo practican.