En el Centro Budista de Cuernavaca realizamos diversas prácticas rituales en forma de cantos, mantras y ceremonias que se llevan a cabo en diversos momentos. Por ejemplo, podemos preceder un periodo de meditación cantando el Ti Ratana Vandana, los Refugios y Preceptos, o recitando una Puya Corta.

La práctica ritual, al involucrar a la totalidad de nuestro ser, nos permite traducir nuestra comprensión intelectual y llevarla a la experiencia emocional; en otras palabras, transformar el saber en ser. Las palabras que se recitan durante un ritual, las imágenes que se invocan y las emociones que se cultivan están basadas en un sistema coherente de valores que expresan nuestros ideales más profundos. En el contexto del ritual, nuestra devoción encuentra una libre expresión, abriéndonos para permitir que nuestros ideales más elevados nos enriquezcan.

De los diversos rituales que realizamos tal vez el de más importancia espiritual sea la ceremonia de Puya. La palabra “puya” significa “devoción”. Tradicionalmente la celebración de la puya es una preparación emocional y espiritual para el surgimiento del Bodhichitta, “la voluntad o aspiración de alcanzar la Iluminación por el beneficio de todos los seres”, que ejemplifica el ideal de la compasión. A través de nuestra práctica regular y sincera de la puya en compañía de la comunidad espiritual, podemos ir refinando nuestros estados mentales y haciéndonos más receptivos a los ideales representados en las Tres Joyas. Esto nos lleva a poner de lado nuestro egocentrismo para poder experimentar una empatía con la vida. De esta forma, preparamos el terreno para nuestra auto-trascendencia.

Existen diferentes tipos de ceremonias de puya, según la ocasión. Las puyas que practicamos con más frecuencia en el Centro Budista de Cuernavaca son la de Tres Etapas y la de Siete Etapas. La primera fue escrita por nuestro maestro, Urgyen Sangharákshita; y la segunda está formada por versos extraídos del poema épico de Santideva (India, siglo VIII n.e.), el Bodhicaryavatara. Durante la puya se recitan versos que expresan diversos estados mentales elevados asociados con la devoción, la receptividad, la admiración y el deleite en los grandes ideales espirituales alrededor de los cuales gira la práctica budista.

En todo el mundo budista se conmemoran algunas fechas  importantes que tienen que ver con eventos particulares de la vida del Buda, o de otros aspectos de la tradición:

El Día de Buda: Se celebra en la luna llena del mes de mayo y conmemora el momento en el que Siddhartha Gautama alcanzó la Iluminación y se convirtió en el Buda (el Despierto), hace unos 2,500 años.

El Día del Dharma: Se celebra en la luna llena del mes de julio y conmemora la ocasión del primer discurso del Buda a sus primeros discípulos, el momento en el que el Buda puso en marcha la rueda del Dharma.

El Día de la Sangha: Se celebra en la luna llena del mes de noviembre y conmemora la fecha en la que la comunidad de los discípulos del Buda solía concluir su retiro de la temporada de lluvias. En esa fecha, tradicionalmente se llevaban a cabo ordenaciones y se le daba la bienvenida a los nuevos miembros de la Sangha.

El Día de Parinirvana: Entre el 8 y el 15 de febrero se conmemora el día en que el Buda alcanzó su Nirvana supremo, cuando su cuerpo murió.

El Día de Padmasambhava: En septiembre se festeja el día del Gurú Rimpoché, quien fue el principal responsable de la llegada  del budismo al Tibet en el siglo VIII n.e.

Otras fechas importantes que conmemoramos en el Centro Budista de Cuernavaca son las siguientes:

Día del nacimiento de Urgyen Sangharákshita: 26 de agosto

Día del fallecimiento de Urgyen Sangharákshita: 30 de octubre

Día de la Comunidad y la Orden Budista Triratna: 6 y 7 de abril.

Día de la conversión en masa liderada por el Doctor Ambedkar en la India: 14 de octubre